¡Generador eléctrico conseguido!

De todas las necesidades presentes en el hospital de Tonga, sin lugar a duda, la que más nos impactó durante nuestra estancia en Tonga fue la falta de luz a la que se enfrentaba el hospital. Tan solo 1 de cada 4 días había luz, y ni siquiera ese día su presencia era continua. Estos cortes continúan hoy existiendo ya que se deben a diferentes motivos: durante la época de lluvias (de mayo a octubre), los tendidos eléctricos se vienen abajo y las infraestructuras del sistema fallan; durante la época seca (de noviembre a abril), los ríos y lagos se secan, no generando así energía suficiente. Sin embargo, ahora, gracias al generador eléctrico, es posible hacerles frente.

Las consecuencias de esta falta de electricidad eran catastróficas:

  • Las incubadoras neonatales no podían funcionar, por lo que la supervivencia de los bebés prematuros se veía altamente reducida.
  • Durante las noches la atención a los pacientes que acudían al hospital ante una urgencia (accidente, niño enfermo de malaria…) se complicaba mucho más.
  • Un parto por las noches, por no hablar de una cesárea, se volvía casi imposible sin electricidad.
  • La imposibilidad de almacenar medicamentos y vacunas que requerían frío ya que no podían arriesgarse a perderlos cuando la nevera dejaba de funcionar a causa del corte eléctrico, lo que limitaba las posibilidades de tratamiento de muchos pacientes y dificultaba las campañas de vacunación de la población.