De todas las necesidades presentes en el hospital de Tonga, sin lugar a duda, la que más nos impactó durante nuestra estancia en Tonga fue la falta de luz a la que se enfrentaba el hospital. Tan solo 1 de cada 4 días había luz, y ni siquiera ese día su presencia era continua. Estos cortes continúan hoy existiendo ya que se deben a diferentes motivos: durante la época de lluvias (de mayo a octubre), los tendidos eléctricos se vienen abajo y las infraestructuras del sistema fallan; durante la época seca (de noviembre a abril), los ríos y lagos se secan, no generando así energía suficiente. Sin embargo, ahora, gracias al generador eléctrico, es posible hacerles frente.
Las consecuencias de esta falta de electricidad eran catastróficas: